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miércoles, 30 de octubre de 2013

CONTRASTES A RAÍZ DE LA ELEVACIÓN EN TARIFAS ELÉCTRICAS HACIA 1956 (Continuación).

CENTROS DE TRABAJO EN LUZ y FUERZA. ORÍGENES y DESARROLLO.

POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.

CONTRASTES A RAÍZ DE LA ELEVACIÓN EN TARIFAS ELÉCTRICAS HACIA 1956 (Continuación). Sigue el intento por entender este conflicto previo a la nacionalización de la industria eléctrica de 1960.

   De nuevo vuelvo a mi fuente imprescindible, la Revista LyF, Año II, N° 27, del mes de noviembre de 1956, en cuyas páginas 2 y 3 se sigue abordando –ahora desde otra perspectiva-, el caso, pero sobre todo la dimensión que estaba adquiriendo el asunto en el incremento de las tarifas eléctricas, lo que significaba que la Compañía Mexicana de Luz y Fuerza Motriz, S.A. se enfrentaba a una de sus crisis más severas. Es muy probable que los funcionarios tuviesen muy claro para entonces que una inyección financiera de gran calado sería motivo de solución a la crisis que ya enfrentaba la empresa, pues incluso se encontró en algún momento pasajera solución con la difusión y fomento de bonos de capital mismos que podrían pagarse en pesos mexicanos, a favor de la Mex-Light-.
   Pues bien, presupuestando un futuro que no parecía del todo favorable, la propia empresa, a través de su medio de difusión expuso su sentir en este interesante material que denominó:

¿Qué tan extranjera es una empresa extranjera en México?

   He aquí su postura.

   Algunos grupos que no son políticos, pero que se dedican a la politiquería, y otros que sí lo son, pero que carecen de prestigio persisten en su inexplicable y anti-mexicana actitud sobre el “antiextranjerismo”. Quienes así se pronuncian pretenden despertar la animosidad que hace más de un siglo obligó a nuestros antepasados a tomar las armas en contra de las potencias extranjeras para conquistar su independencia o para defender su soberanía. La lucha y la sangre de los mexicanos de entonces, creó y salvó la Patria; ello forma gloriosas etapas de nuestra Historia de la que todos debemos estar orgullosos.
   Pretender ahora reacuñar el remoquete de “extranjerismo”! para aplicarlo no al enemigo armado, sino a quienes trabajando a nuestro lado, aportando sus mejores conocimientos, arriesgando sus capitales y esfuerzo y contribuyendo al desenvolvimiento económico del país, es una falsa postura de falsos redentores.

   Hago un alto para mencionar solo, a manera de anécdota que hace relativamente poco, acudí a una ceremonia religiosa donde el padre, y durante el “sermón” fue poco a poco metiéndose en un complicado discurso entre lo teológico y lo filosófico. Tras muchos “retruécanos” y divagaciones, pero como pudo, salió del apuro y sin quererlo alcanzó la puerta de entrada de aquel laberinto… Tal asunto me hace recordar una condición tan semejante por la que atravesaba la empresa ya en ese 1956, pero que en términos de una política y de la diplomática, habría que exponer un discurso de profundas complicaciones para hacerlo más o menos potable en su condición epidérmica o sencilla en el uso de las palabras más correctas que fueran posible. Y es que como dice el viejo refrán “El horno no estaba para bollos”, lo que debe haber obligado a tomar medidas precautorias muy complicadas y contundentes.

   De nuevo recupero lo que, en la opinión de Pablo Rosales, que por otro lado no sé si convirtió en personero o en el vocero de la empresa para emitir este difícil y complicado texto solo entendible a la luz de los conflictos que la Mexican Light and Company estaba enfrentando por aquellos días…

   El México de hoy no tiene por qué temer a ninguna potencia extranjera. El México de hoy forma parte de los países del mundo civilizado que conoce y exige respeto a sus derechos y que no puede aislarse detrás de una muralla china prescindiendo de la experiencia del talento y del ahorro ajenos que al fundirse con los propios le permitirán colocarse en primera línea entre las naciones más prósperas del mundo. Al fortalecer su economía, México está fortaleciendo su independencia.
   ¿Qué tan extranjera puede ser una Empresa como la nuestra?
   ¿Cómo pueden considerarla extranjera nuestros detractores, cuando la Compañía de Luz desde hace más de 50 años ha hincado raíces y se ha establecido firmemente como una de las industrias básicas que el país considera como suyas?
   Ciertamente, la Compañía de Luz fue fundada a principios del siglo por extranjeros y con capital extranjero; pero nuestra Empresa utiliza elementos mexicanos y suministra bajo el control del Estado, un servicio público que es fundamental en el desenvolvimiento económico de la zona central de la República. Todo esto la ha hecho acreedora al respeto y apoyo de las gentes sensatas, no recientemente, sino en toda su larga ejecutoria.


   Todo lo anterior es cierto en la medida en que todavía en la última etapa del porfiriato se produjo la que he considerado como primera etapa de globalización, al permitir que entraran capitales extranjeros para revitalizar las precarias condiciones económicas por las que pasaba el país, enfrentado al dilema de una necesaria modernidad que no terminaba de madurar, luego de los bandazos a lo largo de todo ese siglo XIX, complicado y conflictivo en si mismo. Por tales motivos, uno de los impulsos que se materializaron plenamente fue el de la industria eléctrica, de la que la Mexican Light and Power Company, Limited fue pionera en ese sentido, al punto de que poco a poco comenzó a permear en la sociedad hasta considerarse como una entidad industrial que, en tanto nutrida por capital extranjero, se convertía cada vez más en esa empresa con esquemas al servicio de México, y para los mexicanos. Pero fue hasta 1960 en que esa condición prevaleció como resultado del agotamiento que los mismos capitales venidos de fuera ya no podían resolver en una condición que ya sólo le era consubstancial a la sociedad mexicana.

   ¿Es posible establecer en México, o en cualquier otra parte del mundo, industrias 100% nacionales en el sentido de que deben aprovecharse exclusivamente capital y equipos, brazos y técnica del propio lugar? No.
   No existe una sola industria en México ni en ninguna otra parte de la tierra que pudiera reunir este absurdo requisito. Todas las industrias del mundo aprovechan, lógicamente, la experiencia, los capitales, los equipos y a veces los brazos ajenos y al hacerlo proporcionan un servicio valioso a su país, dentro de una correcta filosofía nacionalista, que es la de ofrecer a los habitantes de una nación, lo mejor, utilizando lo que se puede aprovechar de otras naciones.
   ¿A qué viene esta clase de publicidad? Se pretende fomentar un falso nacionalismo y con ello restringir el esfuerzo de México, sembrar el desaliento y entorpecer la cooperación que México puede y debe obtener de otros países. Naturalmente este propósito es malévolo y despreciable.

   Desde entonces, se veía venir este escenario, donde la dependencia a que se ha visto sujeta nuestro país de mucho tiempo atrás hasta nuestros días, hoy día queda remarcada en la amenaza de que, al aprobarse la reforma energética, este escenario todavía es aún más abrumador, pues hará de este, nuestro país, una nación dependiente del primer mundo, de los dictados que fijen aquellos grupos de poder, al punto de alcanzar niveles de maquila, donde lo que no sirva o estorbe, debe eliminarse, gracias a mecanismos como el outsourcing que despoja al obrero, al trabajador de cualquier condición digna en lo laboral, y sólo cumple con metas de crecimiento y eficiencia donde priva un ambiente endurecido, limitado y condicionante de “lo tomas o lo dejas”. No hay más.

   Lo que conviene y es necesario, es que México aproveche lo que otras naciones son capaces de producir y proporcionarle, bien sea capitales, servicios y maquinaria de manera que al progresar, sea cada vez más fuerte y sus habitantes disfruten de mayor bienestar y de manera que cada vez estemos en mejores condiciones de exportar a otros continentes lo que nosotros podemos producir en exceso a nuestras necesidades.

   Por tanto, no hubo ni ha habido, hasta ahora, una condición natural en la que México, en pleno autoabastecimiento de capacidades, sea lo suficientemente fuerte para no depender de nadie, que no sea de la fuerza de sus trabajadores, de la maquinaria que estos mantienen en términos de la eficiencia y la productividad. Tal es una utopía.

   Por este camino México podrá colocarse entre los países prósperos que exportan sus productos y servicios y, por qué no, capitales. Los capitales extranjeros, como los individuos, al sentar raíces en un país que les brinda hospitalidad, se nacionalizan poco a poco y a la postre se convierten en nativos. Nosotros los de esta casa, no podemos aceptar que se nos diga que las turbinas de la Planta de Necaxa o las redes de distribución de la Empresa, son capital extranjero; hace mucho tiempo que sus enormes instalaciones representan un capital arraigado, mexicanizado y parte del patrimonio industrial de México.

   Hasta aquí con las palabras y las ideas que pretendió dar a conocer una empresa más que sentía en esos precisos momentos que su capacidad se agotaba. Aún así, seguía demostrando que la filosofía, la que aplicó desde el principio de su participación, precisamente en Necaxa, ya era y formaba parte del patrimonio de los mexicanos, aún cuando detrás de todo esto hubo un capital de procedencia extranjera que lo hizo posible. Por fortuna, la capacidad de sus trabajadores, todos ellos (o la mayoría de ellos) mexicanos logró el resto, que no es poca cosa. Y en ello, al paso de los años, superada la nacionalización y llegado el momento en que el neoliberalismo se apoderó del ambiente, alcanzó su plenitud, hasta que vino un gobierno que no entendió todo aquello que consiste en mostrar cuán fuerte puede ser el nacionalismo, el compromiso por un país, no en términos patrioteros o chauvinistas, sino que estaba ya madura la condición de todo aquello que significaba defender un patrimonio, no sólo el industrial, también el laboral, y desde luego el que para muchos, supuso el propio nuestro, con el que habríamos de construir y asegurar un futuro, el cual no nos fue dado, sino negado por la fuerza del estado en octubre 2009, lamentablemente.


31 de octubre de 2013.

martes, 29 de octubre de 2013

CONTRASTES A RAÍZ DE LA ELEVACIÓN EN TARIFAS ELÉCTRICAS HACIA 1956.

CENTROS DE TRABAJO EN LUZ y FUERZA. ORÍGENES y DESARROLLO.

POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.
  
   Recordarán ustedes que el pasado 3 de octubre publiqué el material denominado: ¿Por qué elevan las tarifas de la luz…? (http://kilowatito2009.blogspot.mx/2013/10/por-que-elevan-las-tarifas-de-la-luz.html). Allí, el sector empresarial representado por el señor Guillermo Castro Ulloa, hizo una severa crítica originada por los incrementos de tarifas que aplicaba la Compañía Mexicana de Luz y Fuerza Motriz, S.A. Ese síntoma no quedó reducido a dichas declaraciones, sino que en otros medios de prensa escrita, radio y televisión se ocupó la fuerza de dichos instrumentos mediáticos para reprochar o repudiar tal medida. En ese sentido, la empresa no respondió a ningún ataque ni tampoco se dejó intimidar por las provocaciones que seguramente fueron numerosas. Su reacción vino algunas semanas después, misma que se puede encontrar en la Revista LyF, Año II, N° 27, del mes de noviembre de 1956 en estos términos:

ATAQUES INJUSTIFICADOS.

   Los lectores de esta Revista, en su mayoría trabajadores de largo historial, habrán leído en la prensa capitalina los ataques de que la Empresa ha sido víctima en las últimas semanas su pretexto de la justificada y urgente resolución a nuestra solicitud de aumento a las tarifas. En algunas ocasiones, se habrán preguntado nuestros lectores la razón por la cual la Empresa permaneció callada ante estos crudos y sistemáticos ataques, ante monstruosas falsedades y las cifras malévolamente alteradas que nuestro gratuitos detractores han exhibido con audacia.

Enrique Krause: El sexenio de López Mateos. México, Editorial Clío, Libros y Videos, S.A., de C.V. 1999. 95 p. Ils., fots. (“México, Siglo XX), p. 68.

   La razón de este silencio está contenida en las declaraciones que nuestro Presidente y Gerente, Ing. Gustave Maryssael hiciera a la prensa capitalina el día 28 de septiembre próximo pasado especialmente en el párrafo que dice:
   “Nos hemos abstenido de comentar las declaraciones y publicaciones hechas en la prensa con relación a la revisión de nuestras tarifas porque no deseamos entablar polémica sobre un problema cuya resolución corresponde exclusivamente a las autoridades. Sin embargo ante esas declaraciones y publicaciones tendenciosas que aparecieron los días 26 y 27 de septiembre, me siento obligado a declarar que tanto las aseveraciones como las cifras publicadas carecen de seriedad y no son correctas”.
   En verdad no ha sido fácil conservar esta actitud de ponderación y serenidad, pero el buen juicio de esta postura se basa en que para pedir que se aplique la ley no debe recurrirse a medios publicitarios y menos a polémicas provocadas por personas irresponsables o ignorantes de mecanismos jurídicos y económicos; pero sí amantes de notoriedad.

Enrique Krause: El sexenio de López Mateos. México, Editorial Clío, Libros y Videos, S.A., de C.V. 1999. 95 p. Ils., fots. (“México, Siglo XX”), p. 69.

   Hasta aquí el planteamiento, el posicionamiento que tuvo para esos momentos, la empresa misma. Ahora conviene conocer algunos otros síntomas que también ocuparon la atención de autores como Armando Rodríguez Suárez, quien en 1958 publicó el folleto “Documentos Interesantes para la Historia de lasTarifas de la Mexican Light and Power Co., Ltd” bajo el auspicio del Movimiento Cívico Mexicanista, el cual refiere otra serie de escenarios que vale la pena conocer para entender el contexto de aquellas circunstancias.
   Es el mismo Rodríguez Suárez quien apunta:

   Las renuncias de los altos funcionarios públicos, como es sabido, a pesar de que muchos de ellos incurren en la comisión de irregularidades graves, no se estilan, desde hace mucho tiempo, en la función gubernamental del país, acaso sea por el saludable afán de mantener sin tacha el sagrado “principio de autoridad”. Los malos funcionarios, cuando su conducta reprobable rebasa con mucho los límites harto flexibles de la dilatada prudencia oficial y causan perjuicios irreparables a la labor administrativa, casi siempre, es decir, en todo caso, sufren repentinos ataques de enfermedades misteriosas o solicitan comedido permiso para retirarse de sus encargos, sin que estos vaya en desdoro de la hasta ahora nunca aplicada Ley de Responsabilidades, instrumento legal enmohecido a fuerza de mantenerlo envitrinado como muestra intocada de las excelencias de nuestra avanzada legislación.

Enrique Krause: El sexenio de López Mateos. México, Editorial Clío, Libros y Videos, S.A., de C.V. 1999. 95 p. Ils., fots. (“México, Siglo XX”), p. 68.

   Ello no obstante, suelen producirse las renuncias, pero para nuestra desventura, no de los malos sino de los buenos funcionarios. Hace un año, el día 1° de julio de 1957, el señor ingeniero Manuel J. Garrido Canabal, presentó su renuncia como miembro de la Comisión de Tarifas de Electricidad y Gas. Este inusitado y muy significativo hecho, por desgracia, apenas si trascendió al conocimiento del país, en virtud del bien organizado y mejor financiado “complot de silencio”, que en torno al mismo, puso en práctica, cierta prensa independiente de México.
   Hoy, a un año de aceptada, la renuncia del ingeniero Garrido Canabal, lejos de haber perdido vigencia, se proyecta como una de las cuestiones de mayor interés público de indudable trascendencia nacional, ya que las razones eminentemente patrióticas que la motivaron, constituyen la más limpia, la más eficaz defensa que el Gobierno mexicano puede esgrimir en contra de las agresiones del monopolio extranjero The Mexican Light and Power Co., cuya desbordada ambición de ganancias ilícitas parece no tener tope.
   Ayer, ante el sacrificio inexplicable de un funcionario capaz, honrado y patriota, que demostró con pruebas irrebatibles la improcedencia de la solicitud de aumento de tarifas presentada por la Mex-Light, esta empresa hizo realidad su pretensión indebida (la del aumento de tarifas), ocasionando serios perjuicios no sólo a los usuarios del servicio eléctrico, sino a la economía del país. Hoy, huérfana la Comisión de Tarifas de Electricidad y Gas de directivos capaces, honrados y patriotas; mejor dicho: caída en manos de funcionarios invertebrados al servicio del monopolio, éste impone su dominio ilegal y se apresta a nuevos atracos, so pretexto de “tarifas insuficientes”, aún cuando en sus balances amañados que con frecuencia hace públicos, con sobra de descaro declare ganancias muy por encima de los límites legales.
   ¿Qué pasa en México –tenemos sobrado derecho a preguntar-, que la actitud limpísima de un funcionario probo se premia con la aceptación de su renuncia y en cambio ni siquiera se castiga con una “enfermedad” o con un “permiso” a quienes de espaldas al país y seguramente por mendrugos favorecen los designios de un monopolio extranjero?
   Quienes no hemos descansado –ni descansaremos- en nuestro empeño de hacer de México un país verdaderamente libre, independiente y soberano, nos hemos impuesto como obligación ineludible e impostergable, mantener vivo el ejemplo de los hombres que, como el ingeniero Manuel J. Garrido Canabal, sin escatimar esfuerzos ni sacrificios, han sabido defender los grandes intereses de los mexicanos, en contra de quienes todavía piensan que el nuestro es un país de conquista.
   Tal es, pues, la razón de que aquí, en este modesto folleto, se publique una parte de los “Documentos interesantes para la Historia de las Tarifas de The Mexican Light and Power Co.”, documentos que al mismo tiempo que representan un bien fundado alegato en el cual se ponen a descubierto los malos procederes del monopolio eléctrico, contienen implícitamente una estupenda lección de patriotismo.

Enrique Krause: El sexenio de López Mateos. México, Editorial Clío, Libros y Videos, S.A., de C.V. 1999. 95 p. Ils., fots. (“México, Siglo XX”), p. 69.


   Hasta aquí Armando Rodríguez Suárez.

   En estos párrafos puede entenderse una visión totalmente opuesta al sentir de la empresa la que, evidentemente no contaba en esos momentos con una situación de estabilidad, llegando al punto del enojo y la provocación en cuanto se hizo pública la decisión de incrementar las tarifas (que seguramente fueron en sus dos expresiones: la doméstica y la industrial).
   Por ejemplo, se sabe que entre los gastos de explotación para ese año de 1956, hubo de revisar un estudio elaborado desde 1949, en el cual se fijaron tarifas al grupo de empresas que aglutinaba la Cía. Mexicana de Luz y Fuerza Motriz y Subsidiarias, con lo cual se siguió al procedimiento de estimar los gastos, para el periodo en que estarían en vigor las ramas, en función de costos unitarios por Kwh neto para grandes grupos de los Gastos de Explotación. Posteriormente, al comparar la estimación contra los gastos efectivamente erogados, se notaron discrepancias de alguna consideración que bien pudieron tener su origen sobre la forma global y bases usadas para calcular las estimaciones. Ya en el año de 1951, en el estudio de las tarifas de la Nueva Compañía Eléctrica Chapala, S.A., se hicieron algunas variantes al procedimiento global, tendientes a lograr resultados más aproximados a la realidad.
   Ese era apenas el principio de un conflicto que devino incremento de tarifas en 1956, justo en unos momentos en que la empresa comenzaba a mostrar serios problemas financieros. El tema da para mucho y creo que estaré en condiciones de seguir analizando el asunto en futuras entregas, debido al aporte que proporciona la fuente que por fortuna he localizado en buena hora para encontrar, y no podía ser de otra manera, el fiel de la balanza, pues corrían los tiempos en que la nacionalización de la energía eléctrica se convertía en antídoto necesario para circunstancias como la que aquí hemos conocido.


Enrique Krause: El sexenio de López Mateos. México, Editorial Clío, Libros y Videos, S.A., de C.V. 1999. 95 p. Ils., fots. (“México, Siglo XX”), p. 70.

domingo, 27 de octubre de 2013

BECARIOS DE LA COMPAÑÍA DE LUZ y FUERZA EN 1956.

ATENTA INVITACIÓN
ESPERO CONTAR CON SU AMABLE COMPAÑÍA.

CURIOSIDADES ELÉCTRICAS DE ANTAÑO EXHUMADAS HOGAÑO.

POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.
  
   Hace algunos meses, tuve oportunidad de saludar al Ing. Bruno de Vecchi, quien a pesar de sus muchos años, se conserva muy bien. Pues bien, el Ing. de Vecchi prestó sus servicios profesionales en la Compañía Mexicana de Luz y Fuerza Motriz, S.A. que, con los años se convirtió en Compañía de Luz y Fuerza del Centro, S.A.
   Pues bien, en el periodo 1955-1956, la Compañía de Luz otorgó cinco becas para otros tantos ingenieros mexicanos a quienes se les ha brindado la oportunidad de especializarse en la nueva ciencia de la energía nuclear. De estos becarios y a recomendación especial de la Universidad de Michigan, los señores Ingenieros Carlos Vélez Ocón y Bruno de Vecchi técnicos de la Empresa, continuarán sus estudios durante un año más, que les permitirá, además, de recibir este año su Diploma como Maestros en Ciencias, la oportunidad de doctorarse en energía nuclear.
  


   Los becarios mencionados en el párrafo anterior más los señores Ingenieros Arnulfo Morales y Vinicio Sernet, fueron objeto el pasado 11 de septiembre de un homenaje muy significativo por parte del Dr. Nabor Carrillo Flores –a la sazón, Rector de la Universidad por entonces- y por la Comisión Nacional de Energía Atómica que preside el Lic. José Ortiz Tirado, en una ceremonia que se llevó a cabo en la Ciudad Universitaria en la que estuvieron también presentes los señores William H. Draper y el Ing. Gustave Maryssael, Presidente del Consejo y Presidente y Gerente General de la Empresa Respectivamente.
   Para el periodo 1956-1957, la Empresa decidió otorgar cinco nuevas becas; dos de éstas serán concedidas a los señores Vélez Ocón y De Vecchi, según referencia anterior, otras dos, serán utilizadas por la Universidad, y la quinta beca se otorgará al técnico que índice el IPN.
   Reitero desde aquí mi saludo respetuoso al Ing. de Vecchi honrándole con tan significativo recuerdo.

Fuente: Revista LyF, Año II, N° 26, de octubre 1° de 1956, p. 12-13.

sábado, 26 de octubre de 2013

FERROCARRIL QUE DESAPARECE.

ATENTA INVITACIÓN
ESPERO CONTAR CON SU AMABLE PRESENCIA.

LUZ y FUERZA DE LA MEMORIA HISTÓRICA. DEL ANECDOTARIO ELECTRICISTA.

POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.
  
   Para 1956 dejó de funcionar un medio de transporte que fue vital en muchos sentidos para las obras del la hidroeléctrica de Necaxa. Me refiero al ferrocarril Necaxa-Carmen, del que traeré hasta aquí las notas que, en su momento preparó para la ocasión don Francisco Javier González Pardo, antiguo trabajador en Luz y Fuerza del Centro.

   Actualmente[1] se desmantela la vía de ferrocarril propiedad de la Compañía de Luz, que comunicaba las poblaciones de Necaxa, Huauchinango y Totolapa, con su terminal la Estación El Carmen en el Estado de Puebla. Por dicha vía se transportó durante muchos años y principalmente en épocas de construcciones, la maquinaria pesada y materiales que se utilizaron en las instalaciones que hoy conocemos por el Sistema Hidroeléctrico de Necaxa.
   Con este motivo, nos complace reproducir a continuación una amena narración sobre este ferrocarril que nos fue enviada por el señor Francisco Javier González Pardo, trabajador jubilado que fungió como Oficial Mayor de la División de Necaxa durante los años de 1909 a 1939.

   El ferrocarril Necaxa-Carmen, propiedad de la Compañía Mexicana de Luz y Fuerza Motriz, S.A., fue siempre un pequeño ferrocarril industrial pero que, con el paso de los años, logró hacer historia.
  

   La línea comunicaba las poblaciones de Necaxa y Huauchinango Totolapa y su terminal, Estación El Carmen, del estado de Puebla. En una breve extensión de 30 Kms. el ferrocarril ascendía o descendía la friolera de 700 metros con pendientes hasta de 7.5% a través de una de las zonas montañonas más imponentes y pintorescas de la República. En el recorrido, se prodigaban hasta 315 curvas, algunas de ellas de 60 grados, usándose en la vía, riel de 40 libras.
   El ferrocarril contaba con 3 locomotoras de montaña tipo cremallera de 33 toneladas marcha Shay, 5 locomotoras de bielas de 20 toneladas marca D.K. Porter; 25 plataformas de distintas capacidades hasta 30 toneladas y 15 carros caja de diversa capacidad.


    Con este equipo se transportaron durante la época de construcción de las presas, canales, plantas y túneles del Sistema Necaxa, toda la maquinaria pesada y materiales en general que se requirieron. Para pasajeros se disponía de dos carros llamados “Necaxa” y “Carmen”; tres autovías marca American Oldsmobile y Adda. En estos cinco vehículos se trasladaban trabajadores y empleados a distintos lugares. Con frecuencia el ferrocarril transportó a los señores Ing. G. R. G. Conway y W. H. Fraser, Presidente y Gerente, que fueron por mucho tiempo de la Compañía, quienes solieron acompañar a personajes distinguidos en la política, la industria y las finanzas de México.
   Con seguridad no hubo ningún ferrocarrilito particular en toda la vida de México, que haya transportado a cinco Presidentes. A bordo de los mejores carros de pasajeros viajaron por los vericuetos de la zona hidroeléctrica de Necaxa, a lo largo del tortuoso trayecto, los señores Presidentes Gral. Don Porfirio Díaz, Don Francisco I. Madero, Gral. Álvaro Obregón, Gral. Venustiano Carranza y Gral. e Ing. Don Pascual Ortiz Rubio. En sus giras los acompañaron miembros de sus Estados Mayores y de sus gabinetes.
   Tal vez el hecho más extraordinario en la historia de este ferrocarril, construido para propósitos tan diversos, fue la conducción del cadáver del Presidente Carranza, procedente del pueblo de Tlaxcalaltongo hacia Beristáin, Puebla, para ser conducido posteriormente por el ferrocarril Hidalgo a la Ciudad de México.
   La visita de los Presidentes estuvo más que justificada por tratarse de conocer las instalaciones de una Compañía entonces joven, que desde aquel tiempo habría de tener una importancia trascendental para toda la República y en especial para el abastecimiento de energía eléctrica de la zona central. La trágica muerte del Presidente Venustiano Carranza, lo hizo figurar, fortuitamente, en uno de los episodios más dolorosos de la historia de la Revolución Mexicana.

Revista Alquimia (Sistema Nacional de Fototecas) N° 47. Enero-abril, 2013. Año 16, N° 47, p. 37.
Autor no identificado. El ataúd e Venustiano Carranza, de Villa Juárez a Necaxa, Puebla, 1920. Clave: AFFT 20559

   El ex – ferrocarril de Necaxa construyó un ramal de 7 Kms. que conectaba los diversos puntos del Sistema con Tlalchichica, ramal que se hizo indispensable para la construcción de la planta de Tepexic.
   Los imperativos del progreso hicieron que este pequeño ferrocarril resultase inútil. La carretera lo desplazó. Pero no podemos menos de publicar esta nota reminiscente puesto que el ferrocarril no solamente escribió una página industrial de gran importancia para la Compañía y para México, sino que él y sus trabajadores tomaron parte en episodios que ha registrado nuestra historia.

   Encantador y entrañable relato de un hombre, de un trabajador que debe haber experimentado muchas jornadas contemplando el ir y venir de este “ferrocarrilito” que un buen día, como todo lo que empieza debe terminar, así también su historial, quedando en el recuerdo de muchos, y en el que hoy día y para su fortuna, se conservan dos de las máquinas mencionadas, y que pueden apreciarse en el Museo Tecnológico de Chapultepec.



[1] Revista LyF, Año II, N° 26, de octubre 1° de 1956, p. 9-11.

viernes, 25 de octubre de 2013

EDITORIAL.

POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.

   Esta es una visión particular que se tenía sobre Luz y Fuerza del Centro en 2006, y que deseo compartir con los lectores y “navegantes” de este blog.

EN 2006. LUZ Y FUERZA DEL CENTRO MANTIENE SU HEGEMONÍA. ASUME LA GLOBALIZACIÓN Y NO SE INTIMIDA CON LA PRIVATIZACIÓN.

   Para entender este primer gran aspecto, y antes de pasar a la materia que se analiza, quiero proporcionar una serie de datos concretos que nos darán una idea cabal sobre lo que estamos hablando.

DATOS DUROS EN 2006.

POBLACIÓN ACTUAL EN MÉXICO: 103, 263, 388 millones de habitantes, repartidos en una extensión territorial de 1, 959,248 km2, lo cual indica que existe una densidad de población equivalente a 52.70 hab/ km2

PRODUCTO INTERNO BRUTO: 9,138,549.00 (pesos corrientes), con un crecimiento real anual estimado del 5.1 (valor este último que no es real ni tampoco está confirmado).

PRODUCTO INTERNO BRUTO, INGRESO Y GASTO DE LA INDUSTRIA ELÉCTRICA: 1.5
De este valor, LyFC participa con el 1.6
En ingresos: 0.3
En gasto programable: 0.3
En gasto de obra pública: 0.1

GENERACIÓN BRUTA Y NETA DE ENERGÍA ELÉCTRICA (Gigawatts-hora)
LyFC con generación termoeléctrica e hidroeléctrica:
BRUTA: 2.072.6
NETA: 2.038.4
(que es la cantidad de energía eléctrica registrada en terminales de los generadores de plantas termoeléctricas y fuentes alternas).

COMERCIALIZACIÓN DE ENERGÍA ELÉCTRICA (Gigawatts-hora)
LyFC participa en comercialización industrial, agrícola, doméstica, comercial y de uso general y servicio público: 31.438

USUARIOS DE ENERGÍA ELÉCTRICA (Miles de contratos)
LyFC participa en contratación industrial, agrícola, doméstica, comercial, uso general y servicio público con 5, 747.

CONSUMO DE ENERGÍA ELÉCTRICA POR ENTIDAD FEDERATIVA. (Gigawatts-hora) donde LyFC tiene tendida infraestructura
Distrito Federal: 13,366.5
Hidalgo: 2.958.5 (@)
México: 15.441.6 (@)
Michoacán: 7.071.7 (@)
Morelos: 2.116.6 (@)
Puebla: 6.462.1 (@)

Es decir, que contabilizando la población por entidad, tenemos un total aproximado de 36,036,030 lo que indica que LyFC proporciona servicio a más de la cuarta parte de la población del país en un punto neurálgico como es el mismo centro del territorio nacional, donde además, se encuentran concentrados varios factores del crecimiento económico

La densidad de población por estado es la siguiente:

Distrito Federal:       8,720.916
Hidalgo:                    2,345,514
México:                   14,007,495
Michoacán:              3,966,073
Morelos:                    1,612,899
Puebla:                     5,383,133
Total:                       36,036,030

Así que cada uno de nosotros como trabajadores, debemos prestar servicio a ± 800 o 900 mexicanos que se encuentran concentrados en los estados que se indican en la relación inmediata superior.

INFRAESTRUCTURA DE LA INDUSTRIA ELÉCTRICA (Capacidad instalada (Mw)
LyFC tiene infraestructura en termoeléctrica e hidroeléctrica equivalente a 879.3, considerando este valor a partir de la potencia real.

INFRAESTRUCTURA DE LA INDUSTRIA ELÉCTRICA (Capacidad de la Red eléctrica Km)
LyFC en transmisión, subtransmisión y distribución tiene una infraestructura de 32.667.6
LyFC en redes de subestaciones de distribución (Mva): 16.361.3
LyFC en redes de subestaciones de transformación (Mva): 13.076.3

INVERSIÓN IMPULSADA EN LA INDUSTRIA ELÉCTRICA (Millones de pesos en flujo de efectivo).
LyFC tiene un equivalente a 5.623.5

PERSONAL EMPLEADO EN LA INDUSTRIA ELÉCTRICA
LyFC, entre trabajadores de planta, temporal o provisional cuenta con: 40, 478.

INDICADORES DE PRODUCTIVIDAD DE Luz y Fuerza del Centro.


   En cuanto a la globalización, es un hecho que LyFC ha ingresado a este concepto, empujada por toda la circunstancia que opera en el ámbito mundial del crecimiento. La globalización supone una serie de amenazas a empresas como la nuestra siempre y cuando sepamos valorar con qué tipo de globalización nos enfrentamos. Varias áreas de la entidad se han certificado bajo la propuesta de la ISO9000:2000 cuyos propósitos son los de la calidad total. Sabiendo que el principal patrón de comportamiento en esta empresa es la continuidad de servicio. Conscientes de que por ahora no existe un competidor a la altura de LyFC pero que si nos descuidamos puede hacer acto de presencia de forma riesgosa, es por dicho motivo que se hace necesario considerar este factor como una forma de mejorar las condiciones al interior de la propia entidad, lo que implicará forzosa y necesariamente proyectar hacia fuera esa respuesta de calidad dirigiéndola, en esencia al cliente.
   Cuando la empresa, bajo la figura Compañía de Luz y Fuerza del Centro, S.A. fue aumentada por el concepto “En liquidación”,[1] muchos de los trabajadores de aquella época (1974-1994) sospechaban que “En liquidación” era una amenaza constante de desaparecer. Sin embargo no fue así. Como se registraron algunos adeudos con las empresas que originalmente financiaron el capital de la Mexican Light and Power Company, no era posible culminar contratos de manera total, por lo que sus accionistas pidieron plazos y prórrogas pertinentes con objeto de que se cubrieron los adeudos pendientes.
   Sin embargo, la verdadera amenaza de liquidarnos, ha recaído en los últimos gobiernos neoliberales (los sexenios de Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quezada y el más reciente de ellos: el de Felipe Calderón Hinojosa). El neoliberalismo comenzó a tener impulso desde el sexenio de Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988), quien impulsó un proyecto económico capaz de desequilibrar empresas paraestatales con objeto de privatizarlas, recortando su plantilla de trabajadores, fijando horarios propios de la industria privada y peor aún, quedando reducida a figura decorativa los sindicatos y todo su proceso corporativo.
   No tenemos porqué temerle a la globalización, en muchos sentidos de nuestro tiempo estamos rodeados por ese fenómeno. Es posible que por esa causa LyFC pueda privatizarse. En todo caso, tenemos que armonizar tanto nuestro trabajo que seamos capaces de demostrar al estado nuestros altos niveles de calidad laboral. Es posible reducir cualquier tentación que provenga del gobierno en cuanto nuestros indicadores de productividad no sean afines a la exigencia del cliente.
   Respecto a la privatización, este será un aspecto en el que seguirá insistiendo el gobierno mientras no apoye eficazmente los propósitos de expansión y estabilización del sistema eléctrico nacional primero. De la influencia de LyFC después, destinando partidas presupuestales afines a las necesidades y/o prioridades que una y otra empresa tienen como reto para resolver la más importante de las filosofías o principios que debemos cumplir cabalmente sin renunciar a ese espíritu. Dicha filosofía se llama “continuidad de servicio”.
   Veamos en detalle algo acerca de la globalización.
   La globalización económica se traduce en el movimiento de bienes, servicios e información. Pero también supone que la gente se desplaza o sea desplazada. Por otro lado, la globalización es un término moderno especialmente usado para describir los cambios en las sociedades y la economía mundial que resultan en un incremento sustancial del comercio internacional y el intercambio cultural. El término fue utilizado por primera vez en 1985, por Theodore Levitt en The Globalization of Markets para describir las transformaciones que venía sufriendo la economía internacional desde mediados de la década de los 60. Toni Comín define este proceso como "un proceso fundamentalmente económico que consiste en la creciente integración de las distintas economías nacionales en un único mercado capitalista mundial".
La globalización es el proceso por el que la creciente comunicación e interdependencia entre los distintos países del mundo unifica mercados, sociedades y culturas, a través de una serie de transformaciones sociales, económicas y políticas que les dan un carácter global. Así, los modos de producción y de movimientos de capital se configuran a escala planetaria, mientras los gobiernos van perdiendo atribuciones ante lo que se ha denominado la "sociedad en red". En éste marco se registra un gran incremento del comercio internacional y las inversiones, debido a la caída de las barreras arancelarias y la interdependencia de las naciones.
En los ámbitos económicos empresariales, el término se utiliza para referirse casi exclusivamente a los efectos mundiales del comercio internacional y los flujos de capital, y particularmente a los efectos de la liberalización y desregulación del comercio y las inversiones, lo que a su vez suele denominarse como “libre comercio” (en inglés: free trade).
Ahora bien, sobre la privatización podemos tener las siguientes apreciaciones:
La privatización es la acción por la que una empresa o actividad pública pasa al sector privado.
En el ámbito empresarial, se produce cuando el estado vende una empresa pública. es desde ese momento cuando el estado deja de tener control sobre esa empresa vendida, de forma que no tiene ni gastos de mantenimiento ni beneficios, pues este deber lo suplen los accionistas o dueños de la empresa.
El estado sólo controla la actividad y recibe beneficios según lo estipulado a través de los impuestos y el marco jurídico.
La privatización en los países subdesarrollados tiende a provocar que las empresas sean compradas por multinacionales extranjeras, de forma que a bajo coste (pues la mano de obra es más barata) recogen los mismos beneficios, los cuales no se reinvierten en dicho país productor sino que la multinacional los invierte en su propio país o bien en comprar otras empresas en otros países, continuando así la cadena.
La primera fase para la privatización de una empresa es la preparación de la venta, aún cuando la presión de la situación puede considerarse como uno de los factores más importantes que incide en la celeridad con la que se trata de vender la empresa también existen elementos de política determinantes para la preparación de la venta. La reestructuración es un paso previo a la privatización, en algunos casos la reestructuración es absolutamente necesaria para promover la competencia o facilitar la venta, pero la reestructuración tiene riesgos y plantea problemas importantes. En primer lugar, puede resultar una operación que consuma demasiado tiempo, dando lugar a que se pierda la oportunidad de privatizar. En segundo lugar, puede demandar recursos importantes de los cuales carece el estado. En tercer lugar, puede ocurrir que la reestructuración disminuya el número de potenciales interesados si ella no coincide con los programas de inversión que estos últimos tienen.
Por estas razones es posible concluir que la reestructuración de las empresas públicas como paso previo a su privatización sólo debe ejecutarse cuando se cumple alguna de las tres siguientes condiciones.
a) Cuando se requiere para permitir o promover la competencia
b) Cuando es absolutamente necesaria para hacer posible la venta, y
c) Cuando el estado tiene claras ventajas comparativas para el sector privado para adelantar la reestructuración de que se trate.
Reestructurar por estas razones, tales como la posibilidad de mejorar el precio de venta final de la empresa, implica suponer que el Estado tiene mayor capacidad de agregar valor que el sector privado, esta es una actividad de la cual precisamente se está retirando el estado. En este sentido cabe decir que las mismas razones que conllevan a la privatización, deben conllevar a dejar que sea del sector privado la tarea de la reestructuración de las empresas a privatizar.
La segunda fase de la privatización es el método de venta, hasta ahora se han experimentado una amplia gama de esquemas o modalidades de privatización y se sigue innovando en este campo. Por lo que no existe un patrón fijo, obviamente la modalidad de privatización ha estado en alto grado determinada por el tipo de empresa o actividad que se privatiza, pero en general, la fórmula que ha predominado es la de la búsqueda de un inversionista estratégico al cual se le vende un porcentaje de acciones con el control de la empresa. Otro porcentaje de las acciones, que suele estar entre el 4% y el 20%, se le vende a los trabajadores de la empresa privatizada y el resto lo lleva el gobierno al mercado de capitales. Este ha sido el esquema utilizado en la venta de empresas de telecomunicaciones, eléctricas y muchas otras. Podríamos decir que este ha sido el esquema predominante en las grandes empresas.
El objetivo de conseguir un inversionista estratégico para las grandes empresas que se privatizan ha predominado claramente sobre otros objetivos de política como el desarrollo del mercado de capitales. En la venta del bloque accionario al inversionista estratégico ha predominado ampliamente la licitación pública.
Ello ha contribuido de manera notable a darle transparencia a los procesos de privatización, lo que a su vez ha contribuido a darle a ésta viabilidad política. En este sentido es digno destacar que, siendo la privatización un proceso en el cual están involucradas continuas y cuantiosas operaciones mercantiles, no se ha convertido dicho proceso -como se pronostico en algunos casos- en un centro de escándalos o de corrupción en ningún país de América Latina. Luego de haber desarrollado el esquema sobre el método de venta se procede con el tercer paso, el criterio de selección de los compradores, al igual que con el método de venta no ha existido un único método ni siquiera en el interior de cada país para seleccionar los compradores finales de las empresas públicas a privatizar. Sin embargo, es posible apreciar un hecho y una tendencia dominante:
a) El precio ofertado ha sido el elemento más importante para la selección de nuevos inversionistas.
b) El precio ofertado tiende a ser el único elemento para decidir la selección del nuevo propietario.
En numerosos casos de privatización en América Latina, el precio ofertado por los inversionistas interesados ha tenido una ponderación alta o dominante en la selección final; pero ese no ha sido el único elemento. Se le ha dado alguna ponderación también a los planes de inversión de los competidores. Sin embargo, en los casos de privatización más reciente, el programa de inversión mínimo lo defiende el gobierno y se convierte este en una exigencia igual para todos los inversionistas. Estos, habiendo sido ya precalificados, compiten estrictamente sobre la base del precio ofertado.
La utilización de un único criterio (especialmente el precio) para la selección de los compradores de la empresa tiene dos grandes ventajas. Simplifica enormemente el proceso de selección, al remitirlo a un único indicador cuantificable y, por lo mismo, le dan gran transparencia al proceso. Habiendo sido previamente precalificados los potenciales inversionistas y habiendo sido igualmente definido el plan mínimo de inversión (cuando ello procede) por el estado, se asegura que cualquiera sea el que gane de entre los compradores, se habrá hecho una buena decisión
   Y a todo esto, ¿Qué es el neoliberalismo?

Adolfo Rivero Caro, nos permite reflexionar al respecto cuando nos dice:
El liberalismo es la ideología de la libertad. Para los liberales, la libertad es el valor supremo, entendiendo libertad como la ausencia de coerción. Si nadie me impide hacer algo, soy libre. La libertad, sin embargo, no es la ausencia de leyes, como piensan algunos. En efecto, si yo deseo algo que otros también quieren, ¿cómo impedir que nuestras libertades no entren en conflicto y conduzcan a la violencia? La respuesta está en el estado de derecho, en el imperio de la ley. La ley plantea las reglas del juego. Si todos estamos obligados a cumplirlas, somos libres[2] La ausencia de leyes sólo conduciría al imperio de la fuerza y viviríamos bajo la tiranía de los más fuertes.
En el terreno político, por consiguiente, el liberalismo está a favor del gobierno que más libertades le garantice a cada individuo, y que menos restricciones le imponga a sus actividades. Los liberales desconfían del gobierno y quieren restringir su poder sobre los ciudadanos. En definitiva, la historia de la humanidad ha sido la historia del poder aplastante del gobierno sobre el individuo, empezando con las monarquías asirias y los faraones egipcios hasta las monarquías absolutas que dominaron todo el mundo (con excepción de Inglaterra) hasta la Revolución Francesa. Las ideas esenciales del liberalismo fueron elaboradas por John Locke (1632-1704), Montesquieu (1689-1755), David Hume (1711-1776), Adam Smith (1723-1790) y John Stuart Mill (1806-1873), entre otros.
Debemos recordar que las monarquías absolutas y la existencia de una aristocracia hereditaria eran la norma en toda Europa (con excepción de Inglaterra) hasta el mismo siglo XIX. La única república que existía en el mundo occidental era Estados Unidos, heredero de las tradiciones británicas. América Latina, sin embargo, tenía una herencia muy distinta, la del absolutismo español con sus gobiernos despóticos y su corrupción institucionalizada[3].
Lenta y trabajosamente, sin embargo, las ideas liberales se fueron imponiendo en todo el mundo occidental. La palabra "liberal" se utilizó por primera vez en España, a principios del siglo XIX, para denotar simpatía por una monarquía constitucional, con una constitución parecida a la inglesa. El poder del gobierno sobre los individuos es lo viejo. Lo radicalmente nuevo es el respeto a las libertades individuales (también llamados "derechos humanos"). Es por eso que el socialismo y el comunismo son profundamente reaccionarios y por lo que, desde hace 200 años, la lucha política fundamental se desarrolla entre los liberales y sus enemigos.
En el terreno económico, la libertad es la ausencia de coerción gubernamental para la producción, distribución y consumo de bienes y servicios más allá de lo indispensable para mantener la libertad misma. Durante toda la historia, el gobierno ha impuesto infinitas restricciones y regulaciones sobre la actividad económica de los individuos. Lo nuevo es la eliminación de esas restricciones. Pero eso es, justamente, lo que libera las energías creadoras de la gente. Los países más libres económicamente son los más ricos. Los más regulados, como Corea del Norte o Cuba están entre los más pobres.
A fines del siglo XIX, las ideas del liberalismo dominaban en todo el mundo occidental. El liberalismo, sin embargo, se vio prácticamente marginalizado durante la mayor parte del siglo XX. Eso se debió, en gran medida, a la desilusión con el capitalismo provocada por la I Guerra Mundial y luego por la Gran Depresión de los años 30. Todo el mundo creía que el capitalismo estaba en sus últimos estertores y que la economía planificada (a diferencia del libre juego del mercado) y la propiedad estatal (a diferencia de la propiedad privada) eran el camino a seguir. La Unión Soviética representaba "el futuro luminoso de la humanidad." En Estados Unidos, Franklin Roosevelt, un socialdemócrata, se apoderó del nombre de "liberalismo" (Estados Unidos es el único país del mundo donde los socialistas se llaman "liberales.").
Aunque estas políticas socialistas aceleraron la adopción de medidas de protección social que el capitalismo hubiera adoptado de todas formas, su proliferación eventualmente condujo a un grave estancamiento económico en Estados Unidos, Inglaterra y demás países occidentales. Fueron los gobiernos de Margaret Thatcher, en Gran Bretaña, y Ronald Reagan en Estados Unidos los que dieron un brusco viraje, recuperaron las viejas ideas liberales y las aplicaron con un éxito espectacular. Desde principio de los años 80, el liberalismo volvió a considerarse como la única forma adecuada de gobernar. Era el nuevo liberalismo, el neoliberalismo. El modelo socialista se ha ido abandonando lentamente en todas partes, trasladando ahora el centro de su lucha al terreno cultural. El principal teórico liberal del siglo XX ha sido F. A. Hayek. Ludwig von Mises también ha jugado un papel de excepcional importancia. 



[1] A partir de 1974, la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, S. A. y Asociadas fue puesta en liquidación, reduciendo de manera sensible las inversiones y sometiéndola a una serie de políticas tarifarias, contables y financieras, lo cual provocó que sus ingresos estuviesen por debajo de sus necesidades de gasto.
[2] Véase La Evolución del Estado de Derecho, de Hayek.
[3] Véase La tradición estatista de América Latina, de Craig Roberts.