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domingo, 9 de octubre de 2016

EL REENCUENTRO CON ARMANDO RASPA.

CURIOSIDADES ELÉCTRICAS DE ANTAÑO EXHUMADAS HOGAÑO, y OTRAS NOTAS DE NUESTROS DÍAS.

POR: JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE.

   Desde que tuve la maravillosa oportunidad de acceder a LUX. La Revista de los Trabajadores, fue a los pocos meses de su alumbramiento, justo en junio de 1928 cuando comenzaron a publicarse colaboraciones que llevaron originalmente en título de “Sincronizando en falso” y firmadas por Armando Mitote. Hasta ahora, se desconoce quién estuvo detrás de ese seudónimo, pues su responsable no tardó tiempo en hacer algunos cambios denominando su columna como “Sincronizando O.K.” como si aquello fuera una auténtico homenaje –o desprecio-, a los últimos alientos del movimiento intelectual denominado “estridentismo”. Y de Armando Mitote pasó a ser Armando Raspa.
   Al parecer tuvo conflictos importantes, dado el estilo tan descarnado con que solía escribir sus párrafos, llenos de ironía, de humor negro iconoclasta. Aquel ejercicio estuvo dirigido por un espíritu contestatario, libertario también, seguramente como resultado de aquella libertad que se respiraba en una publicación obrera como LUX.


   Habiendo pasado los años, estamos en 1940, su presencia seguía estando vigente en la Revista de los Trabajadores, por lo que sorprende que, a 12 años de pervivencia de tan prestigiada publicación, la nueva redacción, comandada por Francisco de Celis Vertiz tuviese a bien seguirlo considerando como colega, y uno de los de la casa.

   En ese sentido, es en el año XIII N° 3, de marzo 15 de 1940, p. 32 donde encontramos de nuevo estos escritos que parecen no haber perdido la intensidad de los de sus primeros años, por lo que vale la pena retornar a ellos sin hacer más comentarios, pues cuanto se encuentre en sus líneas tendrá que ser leído con la idea de que se vive a plenitud en el ambiente laboral de aquellos años, casi ocho décadas lo cual hace si no incomprensible, sí complicado entrar en contexto. En la lectura nos enteraremos –una vez más-, de “santo y seña” de aquellos personajes o antiguos compañeros que pasaron por la pluma de fuego de… Armando Raspa.


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